28/Octubre/2010
MURCIA.- Real Madrid, sin puntería y con poco juego, se volvió a atascar ante un rival de Segunda División B en la Copa del Rey, Real Murcia, aunque esta vez no perdió como en los años anteriores frente a Real Unión de Irún y Alcorcón.
El choque se planteaba como un duelo desigual pues dos categorías separan a ambos equipos, que lideran la Primera División, los blancos, y el Grupo IV de Segunda B, los granas.
Se daba la circunstancia, además, de que unos y otros eran los únicos invictos de las tres primeras divisiones del fútbol español, lo que otorgaba un aliciente extra a lo que aconteciera en el estadio Nueva Condomina. El encuentro era también una oportunidad importante para jugadores con poca participación hasta ahora en el Madrid como Raúl Albiol, Mahamadou Diarra, Granero, Canales, el murciano Pedro León y, sobre todo, para Benzema, pues la mirada de José Mourinho estaba especialmente fijada en el delantero francés.
Real Madrid, pese a jugar sin demasiada fluidez ni velocidad, dominó el partido desde el principio y en los diez primeros minutos ya dispuso de dos ocasiones con disparos de Cristiano Ronaldo, quien se encontró con la respuesta del portero Dani Hernández, y de Canales, quien envió el esférico fuera. El conjunto visitante encontró pocos espacios, algo propiciado por la buena presión de los granas, que estuvieron muy bien dispuestos tácticamente para contener a los blancos.
La ausencia de Xabi Alonso, el motor del Madrid, también se notó y, ante la falta de ideas, el equipo de la capital española lo intentó desde lejos con disparos de Pepe, Pedro León y Granero, quien remató al larguero cuando se cumplía la media hora de encuentro. Un balón colgado al área por Pedro León le llegó a Cristiano Ronaldo, pero el portugués no cabeceó con la dirección adecuada y Benzema tampoco llegó a conectar con el esférico.
Los minutos fueron pasando y el Murcia logró su primer objetivo, el de llegar al descanso con el cero en su portería. Raúl Albiol, a pase de Granero tras una falta botada con rapidez por el Madrid, envió el cuero fuera cuando ya casi se cantaba el gol madridista. Con esa acción se llegó al intermedio para alivio de un Murcia que, pese a que no generó peligro en ningún momento sobre el marco defendido por Casillas, sí mantuvo el tipo en defensa en el primer acto.
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